jueves, 18 de septiembre de 2008

El Mar Paciente


El Mar Paciente
La ola asusto al niño que regresó con pasitos patosos, llorando a moco tendido.
Lo cogí en brazos.
Le llevó su tiempo volver a sentirse seguro.
A mis espaldas, el maremagno de cada verano.
El gentío desplegado, peleándose por su metro cuadrado, plantando su particular sombrilla como si conquistaran Iwo Jima….el griterío de los ambulantes ofreciendo refrigerio a precio alzado…..los chillidos de vecinas de barrio reencontradas frente al Mediterráneo….la voz estridente de mi suegra exigiendo saber porque su nieto berrea…..un claxon…..la campana del salvavidas avisando de algo…..el tanga de una quinceañera…..los escupitajos descarados en un agua con más orina que sal….
Otra ola, larga y pausada, se extiende sobre la arena, estirándose lo justo hasta acariciar mis pies.
Sube graciosa, roza la pernera y se retira acobardada y juguetona.
- Ay mar….!tu si que tienes paciencia!.
Bucardo

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