viernes, 22 de abril de 2011

No nos Dejaron


No nos dejaron

Nunca imaginé terminar así…traicionado o traicionando.

Confieso que se vio venir, aunque nos rodearan las miopías.

Su paso era fangoso, cansino, pero muy tangible.

Y cuando tocó albarca, nos enfangó como pedrusco en barro, robando toda la oportunidad para dejarnos tan solo la fuga.

Quebrado de bracear, de aguantar una, dos y más, arrugué la poca camisa, deshice el pantalón de pana, aventé lo que hacía ninguna falta y anudé la cuerda, amarrando para que del zurrón, no escapara cosa mayor que las que dejamos atrás, resentidas y huérfanas.

Crujió la escalera.

Lástimas de sus maderos, recordando las promesas de solventar aquel dolor.

Promesas siempre pospuestas, tal vez porque más o menos cegatos, ya sabíamos que deberíamos conformarnos y tragar semejante ponzoña.

No se pudo. Tampoco nos dejaron.

Ella aguardaba en el zaguán.

No dijo cosa.

Llevaba días conforme y mal callada.

Y sin embargo, royendo la conciencia, era como si su boca no cerrara.

El macho, intuitivo, algo se barruntaba.

No lo dejé pensar…no se hiciera el cuerdo.

Tiré de el y caminamos.

- Padre..¿no cierra usted?.

Miré la puerta, de par en par bajo la dovela de centurias.

- No subieron por poco….no subirán por menos.

Bucardo

sábado, 9 de abril de 2011

Bajo el Suelo....

Bajo el Suelo

Uno rara vez sabe donde poner los ojos.

Los ojos son bichos traicioneros, insobornables a la voluntad obligando a que, para no ser delatado, se les obligue a poner más debajo de donde para el suelo.

Y al final, el suelo, por hábito, termina siendo lo único que se ha visto.

Por encima de su línea, se desparrama la vida.

La de aquellos que no los bajaron, que rieron y lloraron, que amaron y fornicaron, que disfrutaron, que se apenaron, que se aburrieron, se pararon y un día….murieron.

Pero ese todo queda alejados, aun cuando se siente y roza, aun cuando puede olerse o hacer escucha.

Es demasiado bello.

Y tu, sometiendo los ojos, resulta que te sientes inmensamente feo.

¿Por qué?.

Probablemente porque te lo dijeron….y tu no supiste como hacerles lo mismo.

Bucardo

miércoles, 6 de abril de 2011

Bajo la Capucha...


Bajo la capucha…

No sabrás nunca hasta donde llegaba su vergüenza.

La escondía bajo la capucha, con la mirada gris y chata, saliendo del hogar, caminando lento, arrinconado en el autobús, en la invisibilidad de la clase, entre las preguntas con silencio, entre sus recreos de soledad y las salidas vespertinas, los pasos sin sombra y el regreso, el regreso desmejorado…buenas tardes.

- ¿Qué tal hijo?.

- Bah…- contestaba con un encogimiento de hombros.

Como si nada le importara.

Aunque le importaba.

No sabrás nunca, jamás, hasta donde llegaba su vergüenza.

La que alguien le impuso con risa de hiena sádica…!cerebrito!....colándosela bajo la capucha…!empollón!...apenas salió del hogar…!listillo!...caminando lento…!cabezón!...arrinconándolo en el autobús…!cuatro ojos!...en la invisibilidad de la clase…!rarito!...forzando el silencio…!calculín!...en un recreo donde nadie rompería su soledad…..

Y por mucho que el se mirara, vestido o desnudo, por mucho que se calibrara….ni alto ni bajo, ni guapo, ni feo, ni desproporcionado, ni flaco, nada musculoso, moreno y algo desgarbado…no encontraba razones para sus vergüenzas….a no ser que con ellas, se callaran las de aquellos que lo anulaban.

Bucardo