jueves, 28 de octubre de 2010

Buscando aire....

Buscando aire…

Ella, que todo lo odia, lloriqueaba como una mocosa cuando las cosas se hacían a la contraria.

Ella, impuesta, suprema, incombustible e intolerante, desafiante e incapaz de consentir otra cosa que no dictara su exclusiva conciencia.

Y su conciencia, era el lado blanqueado de una carcoma mustia que la obligaba a fingir su perfección por encima de los anhelos de quienes la amaban…porque si….habían quien la amaba incluso frente a sus insufribles imposiciones.

Al principio, en el apogeo, cuando nadie osaba desafiarla, su universo carcoma, impuesto e incuestionable, era perfección al continuo borde del deshecho.

- ¿Estas cansado?. ¿Estas triste?. ¿No eres feliz? . Sonríe, finge, compra, ostenta.

Pero cuando la desdicha obligó a quienes la amaban a advertirle de lo espesa, omnipresente y cruel que era su sombra, entonces arremetió con saña, como jabalí acosado, como púgil amoratado y contra las cuerdas.

Porque ella, que todo lo odia, lloriqueaba como una niña, mal criada y caprichosa.

Pero no lo hacía contra la verdad negada, no por las oportunidades que se había negado, sino contra quien se lo revelaba, contra quien alzaba el telón, arrancaba el papel maché, cortaba el sostén de su máscara, mostrando que su existencia, respiraba, sobre todo, en la falsedad de una apariencia que no era.

Ni un gramo….ni un gramo cierta.

La jugada conseguía retirar la mano cariñosa, ocultar la advertencia bajo la impecable alfombra.

Reía, feliz y ensoñada en su mundo sin manchas, ciega ante la mano mordida que comenzó a buscar sus propios mundos, marginales, alejados pero intensamente reales, donde no se amputaba la felicidad propia para satisfacer las ajenas.

- Estoy triste…lloro….estoy contento…río…..deseo comer con la boca abierta….lo hago.

Y un día ella, que todo lo odiaba, ensayó la milésima de sus rabietas para encontrarse con que quienes la padecían, continuaban adelante, sordos cuando ella gritaba.

Su omnipresencia, su contagiosa asfixia, lograron, por fin, dejarla sola.

- La culpa es tuya – señaló a un perro, señaló a la pared, a la mesa de pino Ikea, e la televisión apagada y a una mosca….

….lo que fuera, con tal de no señalarse a si misma.

Bucardo

martes, 26 de octubre de 2010

Yo y Yo


Yo y Yo

En Toledo hubo un yo, diluido entre el Hospital de la Santa Cruz y el puente de Alcántara...allí donde ella dijo no cuando quise amarla.

Ese Toledo malherido, fue el que decidí encarar cuando retorné al mirador y traté de no llorar bajo el recuerdo doliente de sus ojos afilados…..descorazonados….y muy negros.

El yo que abandoné, ya no estaba, ya no se olía ni era capaz de recrearlo.

Era el yo de los diecinueve, aplastado por uno mucho más eficaz y práctico…ese desconfiado que miraba mordiéndose el alma, bajo el cielo frío y la indiferencia de las piedras labradas.

En Toledo hubo un yo que ahora, caminaba hacia el Tránsito entre callejas gélidas, ajenas al guiri sacrílego e intruso que la martirizaba.

En la otra acera, una vecina tararea sin compañía, una cantinela que a mi paso se calla.

Al verme, morena y química, mira con menos ojos que sonrisa.

Y yo me sorprendo, devolviéndole la mía.

En Toledo hubo un yo, al que nunca le vienen las prisas.

Bucardo

lunes, 25 de octubre de 2010

El Velatorio de los....


El Velatorio de los…..

En el velatorio de los niños muertos, me volví sordo.

Podía verlos, a todos…llorando, destrozados y enrojecidos, rasgados, rabiosos, mutilados.

Podía sentirlos bajo el negro vestimenta, bajo el negro ocular y el negro cenizo de su aliento definitivamente quebrado.

Definitiva…irremediable.

Si, podía verlos, podía sentirlos, pero no quise escucharlos.

Mis tímpanos generaron un zumbido protector, intensificado a medida que me acercaba atemorizado a los ataúdes blancos, con el gesto huidizo y las manos sudorosas metidas en los bolsillos.

En el velatorio de los niños muertos, estábamos todos, menos los que iban a ser enterrados.

Ellos, ellos que no vi entre sus cuerpos fríos, estaban entre las fibras tensas de mi sordera, en los recuerdos que ya no mutarían por la obscenidad del crecimiento, por el cambio de faz y voz, por sus primeros disgustos, sus primeros consejos desatendidos, su cromosomática anarquía de una pubertad que ya no les llegaría.

Ellos que no vi en sus cuerpos fríos, gustarían para siempre de una buena riña por celos, de unas risas por la adulta tontería, de hacer amorfas muñecas de trapo con los ojos en x y los pelos de lana vieja…..y yo callándome la vida para no amargársela antes de tiempo.

Por eso me hice el sordo.

Porque no podía más, porque era incapaz, porque debía encastillarme….para salvarme de aquello con la memoria justa, con el dolor represado, y evitar el recuerdo de un alma amputada, por el velatorio de los niños muertos.

martes, 19 de octubre de 2010

Malo, malo, muy malo....

Mal0, malo, muy malo....

“Eres malo”.

No lo decían…lo pensaban.

Y pensarlo, lo empeoraba.

Las palabras, mucho más tangibles, sufren de más, pero gozan con la posibilidad de defensa.

La que se hace con la boca, como los argumentos, bien abierta.

“Eres malo”.

Y mientras sus silencios lo chillaban, continuaban atareados, para no rebozarse en el odio, ácido y agresivo, que contra mi acumulaban.

“Tu eres malo”.

Odio que no se paría de un pisotón en el pie, un roto de paraguas, un embarrado de cortinas, un penalti mal atinado, un insulto nervado o el olvido de un inodoro meado y sin cadena.

Su odio, desbordando el que los detalles desustanciados generan, provenía de haber escuchado aquello que más detestan; la verdad que esquivan.

La verdad de negarse a asumir lo que fueron, lo que tienen, su mala combinación de desgracias y mala suerte.

La verdad de su diario, del cotidiano entretenimiento, del error perseverando en el error, de negar para no molestarse, como los avestruces, el agujero, y un león avieso….es más fácil odiarme por pretender corregirlos.

- -Eres malo.

“No lo soy” …pienso mudo pero irritado…"solo soy sincero".

Bucardo