jueves, 21 de agosto de 2008

Buenas Noches


El Desbocado Objetivo - Buenas noches
- Buenas noches oyentes. Es madrugada con doble cierre. Si nos hemos sintonizado, no variaremos la rutina. Ustedes escucharan y yo como siempre, acudiré dispuesto a recibir sus odios, recordándoles todo lo que un día desearon ser…pero jamás serán. ¿Todavía no se han desengañado?. Si no desean huyan con el dial, sitúenlo donde les pongan música para imbéciles o noticias sin sustancia. El entretenimiento es una droga tan adictiva como la jeringuilla solo que legal y no venosa. Si por el contrario recapacitan, sepan que son las cinco y media de la madrugada. Cinco y media de la madrugada. ¿No les revela nada?. Si, les revela que han perdido la partida. Ningún ganador se levanta para trabajar a las cinco y media de la madrugada. En este momento, mientras ustedes ahogan el sueño dentro de la cafeína o escuchan el siniestro eco de sus pasos pululando por los pasillos vacíos de la fábrica, alguien, que nunca será usted, mucho más alto, mucho más espabilado, tal vez incluso más guapo y seguro más acaudalado, duerme entre sábanas de raso. Acéptelo. Ha perdido. Su mujer no lo va a extrañar cuando escuche cerrarse la puerta de su miserable apartamento. La consolará tener más manta sobre la cama. Mientras usted se preocupará para que una pandilla de rumanos no entren a desvalijar el almacén del cual no es dueño, su novia esta frente a otro…solo que con las bragas bajadas. No tenga esperanzas en los ciegos que compró cuando bajó en batín a por el pan, ni en un equipo de fútbol que nunca compartirá la gloria del triunfo con un don nadie como lo es usted. Cuando escuche el noticiero que le ofreceremos al punto de todas las horas, no espere oír que el mundo ha cambiado. ¡No cambiará nunca!. En estos momentos el sistema garantiza que cualquier anhelo rebelde de los más revoltosos quedé reducido bajo el peso de la hipoteca. Serénese. Tal vez pueda perder unos kilos. Venden buenos métodos de adelgazamiento. Tan solo tendrá que renunciar a esos bollitos de canela que tanta alegría le provocan. Y al estofado de ternera que todavía le cocina la mami. Puede aprender inglés. Le costará la matrícula, los libros, las clases y el profesor nativo pero cuando consiga después de un mes aprender como se pronuncia “Good Morning”, se acordará de que no tiene amigos ingleses y para aceptar otra derrota, regresará a los bollitos de canela. ¿Y si intenta escribir un libro?. Bueno, no olvídese. Alguien así no tiene nada que contar. No es usted un ser constante. Admitámoslo. ¿Todavía continúa amando a su santa esposa?. ¡Después de veinte años!. Si fuera así avíseme para meterlo en un zoológico. ¿Aun cree que sus hijos no cometerán sus mismos errores?. Cuando vea a su hija pasando códigos en la barra de un supermercado a al pequeño comiendo pastillas como magdalenas…hablamos. ¿Aun tiene esperanzas de recuperar la relación con su madre?. Eso supone admitirle todo. Que su mujer es una víbora, que nadie cocina como ella y que la mierda de los calzoncillos se limpia como nunca entre sus dominantes y posesivas manos. Ha fracaso. Punto. ¡Oh si!...se que ahora estará pensando….pero bueno, ¿de que me habla este gilipollas?...¿por que me viene con esto si el se tiene que comer el micrófono del estudio como desayuno?...error….mientras a ustedes les recuerdo lo que son….yo duermo. Y si no lo hago es que mi última pelirroja me mantiene satisfactoriamente desvelado. Es la diferencia entre el directo….y el grabado.

Bucardo

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