jueves, 21 de agosto de 2008

La Compostura de Matías el Encorvado


La Compostura de Matías el Encorvado
Una mañana, el día pilló a Matías encorvado.
En la cama no cayó en la cuenta pero durante el desayuno, descubrió que no era capaz de echar la vista más arriba del tazón de café americano.
Su reflejo flotaba antojadizamente sobre el líquido negro.
- Matías….haz el favor de ponerte recto,
Pero Matías no lo hacía.
Tres semanas más tarde, con la paciencia huyendo ante el acoso de su esposa, acudió al especialista.
- No le encuentro nada – informaba mientras deslizaba habilidosamente las yemas de los dedos entre las fisuras de sus vértebras – Todo recto, todo en orden, todo sano…..y todo un misterio.
Radiografías, aromaterapia, medicina convencional o alternativa, acupuntura, fisioterapia, masajes, quiroprácticos carniceros, amenazas de bisturí y hernias sin reposo…..todo para nada pues con el disgusto en el cuerpo y la cartera más vacía, Matías, continuaba caminando encorvado.
- Dirán por allí que te me has quedado jorobado.
A su señora le importaba la salud del marido tanto como la parte proporcional de hipoteca que se pagaba con su sueldo.
Pero ninguna de esas preocupaciones, se equiparaba al bochorno que padecía cada vez que en el paseo, debía inventar justificación e historia ante una amistad curiosa por saber por que Matías solo sabía mirar al suelo.
- Esto te pasa por casarte con esa desganada que te tiene descuidado. ¿Dónde se ha visto que un hombre friegue o haga la colada?. ¿Cuánto tiempo hace que no te prepara un arroz a la cubana con su banana y todo?.
Madre era el peor de sus posibles rescates.
- No hagas, no pienses, me estás disgustando, come hasta deshacer costuras, viste lo que yo te compro, te traje comida para toda la semana, ¿ya te vas a casa de esa?, no digas, no actúes, piensa en lo que rumoreen sobre ti, tienes a tu madre abandonada, ¿por que no llamas más que una vez al día?....
Llamarla suponía negar la evolución humana, malgastar dos o tres euros para un sin novedad con la conversación idéntica a la anterior o la que estaba por venir.
- Tu y yo tendremos que hablar cara a cara.
La broma se jaleaba con mucha saña.
Lo habitual en la fundición donde se venía a actuar con igualdad al instituto solo que sin curas, un poco más de barba y dos o tres noches de sexo a la semana.
- Matías siempre olvidas dejar las pinzas en el estante de abajo…Matías a estas horas ya debería estar acabado ese andamiaje….Matías te has retrasado otra vez con la mezcla…
Matías nunca olvida las pinzas, jamás deja sin acabar el andamiaje y la mezcla tiene la porosidad y el espesor adecuado.
- Llegas siempre puntual…-acusaron.
Pero sea o no verdad, una acusación en falso cruzada con el camino del patrón, suele tener el efecto negativo buscado.
- Mira este….anda como el campanero de París solo que más feo.
Quien acusa es una vecina, la del quinto, cuya faz se adorna con una verruga coronada por un par de pelos de mosca adoptados.
Escucha otra con tres cuarto de calva, fruto del estrés que produce un marido vago y cuatro hijos hiperactivos.
La jornada para Matías siempre acaba junto a la ermita de San Ciriaco.
Corona el pueblo desde el norte, sobre una pequeña vaguada a la que se accede alumbrado por la luces del barrio alto.
El consistorio restauro el templo respetando su barroco y añadiendo un banco para goce del jubilado.
Estos siempre votan en función al tino del alcalde para proporcionar asiento gratuito en las mejores solanas.
- ¿Qué tal el día? – preguntó su padre a quien no había forma de dejar segundo en la cita.
- Luego quieren que andemos rectos….-suspiró resinado mientras las espaldas de ambos iba recuperando la compostura.
- Ya….será para mirarlos.

Bucardo

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