lunes, 27 de agosto de 2007

La Sombra


La Sombra

El Centro Comercial había quedado en la penumbra y Julián el vigilante de noche, salió de su garita camino de la caja de alta tensión. No era la primera vez que una sobracarga echaba abajo el suministro eléctrico de toda la barriada. Normalmente el problema se solucionaba con una corta caminata, una lucecita roja que pasa a verde y vuelta al sillón para dormitar escuchando el "Hablar por Hablar". Pero en aquella ocasión observó a través de los ventanales como el resto de la ciudad disfrutaba del suministro sin padecer apagón alguno. Al llegar a la centralita, abrió la caja y se sorprendió al comprobar que todo estaba en su sitio. Ninguna avería, ningúna anomalía, ninguna bombilla fundida, todos los fusibles en su sitio. En los tres años que llevaba haciendo el turno de noche, nunca se había encontrado en aquella situación. De primeras, pensó en llamar al encargado de mantenimiento pero luego recordó que a esas horas estaría durmiendo a pierna suelta con el móvil metido dentro del zapato. Pensó en llamar a la compañía pero todas las líneas se habían ido al garete con el bajón y en ese instante Julián se dio cuenta de que estaba aislado, solo, completamente solo....¿o no?. Súbitamente desperezado, comenzó una ronda a deshora por los largos y amplios pasillos del supermercado, escuchando como sus pasos resonaban sobre las limpias y pulidas baldosas. Cuando paró frente al estante de la Charcutería se dio la vuelta bruscamente, aterrorizado al descubrir que si bien el ya no caminaba....los pasos seguían rompiendo el silencio vacío del centro comercial. Echó mano a la porra no demasiado convencido de si iba a servirle para algo sobre todo porque ya había visto, al otro lado de la inmensa estancia, bajo el toldo de los quesos manchegos, la sombra de un hombre corriendo directa y decididamente hacia el. Con las piernas paralizadas por el terror, la sombra se aproximó rapidamente y cuando estaba a punto de gritar aterrorizado, esta se paró justo donde sus piernas coincidían con las de Julián....era su sombra, que al llegar el apagón, se había quedado dormida en el despacho, despertándose luego aterrada por su soledad.
Respecto a la luz.....bueno, de vez en cuando hay que pagar las facturas.
Bucardo


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