domingo, 22 de julio de 2007

La Tentación de Judas el Tadeo

La Tentación de Judas el Tadeo
Judas, el Tadeo, el Santo, el que todo lo imposible lo hacía posible, solía pasear por el “sumus” de los Paraísos, por el Jardín de los Deseos, pleno de plenitud, plagado de fertilidad, bonanza y holgura…..vacío de humanidad desde que Eva hiciera la dieta de la manzana aun a cuenta de saber que Dios, las prefería lozanas y bien alimentadas.
Judas, el Tadeo, gustaba de la soledad, de la inmensa sombra del árbol primigenio, ese de cuya semilla fueron brotando y extendiéndose todas las especies y bosques, de los frutos que le caían a los pies a capricho, de ver ante sus ojos a todas y cada de las criaturas que en aquel Edén, pacían y compartían sin molestia ni incordio alguno.
Allí siempre era azul y luz, los prados mutaban de verde a canela, de violáceo a rojo fosforito, lo que estaba lejos podía estar cerca e incluso cuando llovía, aun a chaparrones de capazo lleno, bastaba con pedirlo para que el agua te esquivara sin mojarte.
Allí la paz podía llegar a ser tan intensa que provocaba el olvido del dolor, la desmemoria del padecimiento, la quietud más absoluta, el anhelo por la vida eterna….esperanza posible pues no había enfermedad ni muerte y, ya se sabe, las mujeres parían como quien esta sentada y se sorprende de haberse quedado traspuesta.
Eternamente eterno.
Pero hacía ya varios siglos que Judas, el Tadeo, no gustaba de dejarse ver por el Paraíso y prefería alejarse todavía más, rodeando los cúmulo nimbos hasta llegar paseando, allí donde lo celestial se pierde haciendo frontera con el vago limbo que separa lo bueno de lo menos bueno, lo excelente de lo menos excelente, los productos de primera calidad de los fabricados en China.
Judas, el Tadeo, buscaba aquel lugar como retiro, pues no deseaba que ni tan siquiera las bestias del Vergel, le fueran a Dios con el cuento de que lo habían visto llorar sin saber la razón de ello.
A el siempre lo pintaban a copia y semejanza de cómo lo hacían con los demás santos…..túnica larga, barba larga, brazos largos, vara larga, aureola dorada y ojos extasiados mirando al techo……poca originalidad para tanto beato.
En realidad semejaba ser más una especie de Sancho Panza, bajito y nada resultón, redondeado, resuelto, de dedos gruesos y velludos, campesino castellano con el rostro embrutecido por el sol, las fatigas y esas pocas luces, que lo mismo te dan un abrazo de oso que te arrean un sopapo en todo el moflete por hacerle de menos a alguna de sus opiniones.
Pero el más ignoto de los Judas era, en santo, como lo fue en hombre….bondadoso y sensible, afanoso y detallista en el trabajo, servicial y afable con quienes, eso si cada vez menos, desempolvaban su nombre en alguna oración casi olvidada……”…..te imploro hagas uso del privilegio especial que se te ha concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza….”.
Sin embargo las cuentas no le salían y llevaba francamente mal eso de llevar tantas generaciones sin conseguir atinar palo con agua, dejando todos los clavos a mitad y revelándose sin desearlo como el más santo de todos los chapuzas que pululaban levitando por el Cielo de los Justos.
Llevaba cada vez peor el que le cayera sobre las espaldas aquel muerto que eran las “causas imposibles” por lo que al final, siempre terminaba por deprimirse sin tan siquiera encontrar consuelo dándole bocados a la manzana sin fertilizantes que les estaba prohibida a todos los humanos con o sin ombligo entre pecho y cintura.
Miraba a Lucía, que desde que la tecnología y el oftalmólogo acudieron en su socorro, alcanzaba una eficacia envidiable devolviendo luz y color donde antes no había otra cosa que ceguera o retinas desenfocadas….o a Pancracio que aun con sus ciclos, tenía muy contentos a los septentrionales con sus cuentas de resultados, con el dividendo de sus acciones y la rentabilidad de los Fondos de Pensiones……e Higinia que lograba que todos y cada unos fueran capaces de ratificarse en sus convicciones aunque fueran incapaces de convencer a los demás sobre ellas y no hablemos de Miguel, al que solo se le pedía que de vez en cuando ensartara como una sardina a algún demonio despistado para tener rango de santo y una cuenta de resultados digna de hidroeléctrica española.
Hasta a San Pedro le habían instalado un portero electrónico con cámara de video y apertura automática por lo que ya no tenía que cargar con las pesadas llaves del Cielo.
Pero Judas, el Tadeo, breaba precisamente por todo lo que los demás no eran capaces de solucionar……los imposibles.
Y eso de hacer de la utopía de cada uno, una sola pues la verdad, comenzaba a antojársele demasiado estresante, pues aunque la mayor parte de los mortales creyera que Judas era uno de rostro avaro y naturaleza tendente a la traición, siempre recontando treinta miserables monedas, el era capaz de escuchar al punto de los despertadores, esos deseos inalcanzables e imposibles con que cada uno ponía el pie fuera de la cama……”un yate en Puerto Banús”…..”paz en el mundo”…..”un lápiz y un tajador”…..”la lotería con Superbote”…..”que el Zaragoza gane la Copa de Europa”…..”que no se tale este bosque”……”que mi mujer me pida el divorcio”…..”osos en el Pirineo”…..”no quiero pasar hambre”…..”quiero una oportunidad”……”quiero tirarme a la vecina”.
Los más pecaminosos solía directamente mandarlos a la cuenta de débito para lo del día del Juicio Final.
Una cosa era eso de masturbarse, vicio leve y perdonable que no provocaba daño ni sordera alguna y otra muy diferente lo de ir tirando los tejos a una vecina casada y con hijos contra lo cual, por firme y sugerente que fuera su delantera, el jefe dictó lo de las Tablas y Mandamientos.
Lo del divorcio podría arreglarse con un buen abogado y un juez algo machista eso si, de momento solo por lo civil pues tanto obispo y encíclica, terminaban por poner sombra allí donde en el cielo, lo tenía más clarito que el hielo recién derretido.
El problema surgía ya de noches, al punto de la media, cuando apagado el televisor o cumplimentada la parienta, antes de dejarse ensoñar, aparecían otros rogando por un…..”menos puertos deportivos y más playas vírgenes”……”guerra en Irak y petróleo más barato”…..”quiero un ordenador Pentium de 500 gigas”……”la lotería con Superbote solo para mi”……”que el Alpedrete gane la Copa de Europa”….”la Amazonia desértica”…..”que mi hombre me ame”…..”una escopeta de postas y un oso como diana”……”comer hasta reventar costuras”…..”un becario en prácticas, tonto, indefenso, servicial y gratuito”…..”que mi marido mire menos las tetas de la vecina”……
Y la cosa se complicaba.
Licencia de lo chistoso, no se podía estar a buenas con Dios y con el Demonio por lo que herir a una mitad para tener contenta a la otra, era perder buena porción de parroquianos y tener siempre una hoja de servicios tan mediocre como la de un mediador europeo trabajando por la paz en Oriente Medio.
Judas, el Tadeo, se sentía cada vez más deprimido y desamparado.
Por eso rehuía toda compañía que no fuera la de su propia sombra.
Pero alejarse demasiado del Cielo sin coger el camino de abajo, supone llegar a los confines de aquello imposible de encontrar bajo el amparo del Divino……la Tentación.
Y mira que fue casualidad, pues Tentación pasaba por el mismo lugar y en el mismo momento.
Lejos de ser un ser de rabo, pezuñas, cuerna y dermis rojiza o mujer de pecho exuberante y lascivia desproporcionada, Tentación era sencillamente un concepto asexuado tan viril como femenino, tan perverso como bondadoso, con tanta doblez como honestidad solo que con un pequeño “defectillo”: tomaba siempre el camino más sencillo.
Como Santos y Tentación se conocen de hace mucho, ambos se saludaron como quien se encuentra con un compañero de litera en la mili.
- ¿Qué te pasa Judas?.
- Tadeo – aclaró.
- Lo se – respondió – Al otro hace tiempo que lo andan friendo por allá abajo.
Judas suspiró.
- Uy, ese suspiro me suena a impotencia.
- Algo hay - reconoció
- No das una ¿verdad?.
Afirmó con la cabeza.
- Bueno, tal vez el secreto…..estaría en cambiar un poco tu punto de vista – recomendó con cara de pillo sorprendido “in fraganti”.
- No te entiendo.
- Tápate un ojo….si lo que ves con los dos no te gusta.
- ¡Ya estamos con tus trampas! – exclamó.
- Que mal concepto tenéis de mi al otro lado de esta línea – dijo jugando con su pie sobre la frontera entre lo bueno y lo menos bueno – Eso solamente sería contemplar el lado que más te complace.
- ¿Y que lado debería complacerme Tentación?.
- Veamos…..¿te acuerdas de ese tío trajeado, de gafas oscuras, deportivo y con el pelo todo engominado?.
- No. Hoy hay muchos así.
- Si pero este te pidió poder construir una urbanización con campo de golf en aquel pinar de cigüeñas negras.
- ¡Ah si!.
- ¿Y lo consiguió?.
- Pues si – reconoció con naturalidad.
- ¿Lo ves?
- Pero es que también los hubo que me rogaron conservar las cigüeñas.
- Ya pero las cigüeñas no lo pidieron directamente y además….¿no viven muchos de esos ecologistas en urbanizaciones?.
- Si.
- ¡Pues todos contentos!.
- No se, no se……
- Bueno vale, veamos…..¿no te dijo aquel tipo gordo que estallara no se que guerra porque sino la empresa se le iba a la ruina?.
- ¿El fabricante de cascos?.
- Si…..y míralo que contento lo tienes ahora.
- Ya, pero también los hubo que querían paz.
- Pero después de una guerra siempre hay paz……o casi siempre….además, los cascos salvan vidas y contra más cascos halla……¿lo ves Tadeo?.....en el fondo, si estás triste....es porque quieres
Poco tiempo después Judas, el Tadeo, volvió a dejarse acunar por la brisa bajo el árbol primigenio……solo que esta vez lo hacía sesteando con una sonrisa plácida que atravesaba su rostro de oreja izquierda a su equivalente de derechas.
Puede que no fuera demasiado ético, puede que la moral se quedara a medio camino o que se hubiera vuelto algo conformista……pero era cierto.
Había sido el quien permitió al hombre idear ingenios que le permitieran volar…..que luego fabricara aviones de combate y le diera por arrasar ciudades japonesas no entraba en sus cálculos. Cuando le pidieron pan para sus hijos el se lo concedió…..solo que si ese pan salía del hijo ajeno era un pequeño detalle que debían solventar los hombres y no el.
El no podía prever el futuro, que desde que inventaron los 800 no había santo capaz de competir con ellos.
El solo satisfacía deseos imposibles……si lo que le pedían era agua en el desierto, el no miraba si era para dar de beber al sediento o permitir deslizarse a mayor velocidad la pelota de golf….¿que suplicaban por carne?......bueno nadie le especificaba si era para masticar o fornicarla.…..a fin de cuentas, no era culpa suya eso de que el reparto fuera menos repartido y lo repartido menos abundante.
Y además…..en caso de carestías......¿no era el Hijo del Jefe quien se encargaba de multiplicar panes y peces?.

Bucardo


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