miércoles, 18 de junio de 2008

Los Placeres de Jean Paul


Los Placeres de Jean Paul
Jean Paul observaba detenidamente el cuerpo oseo, feo y anguloso de Simone.
Estaba desnuda, sudorosa, gimiente como se debe estar cuando la observaban siendo sodomizada por su último capricho.
Jean se complacía mucho más al verla entregada a otros que estando en el lugar del amante.
Cada vez que eso ocurría, salían a reflote desde sus más profundos abismos, los miedos y quistes propios, los mismos que lo convertían en un ser nauseabundo a la visa y demasiado precoz para el orgasmo ajeno.
En cambio aquel portentoso efebo, pues su veintena contrastaba con una Simone que duplicaba su edad, era un ser helénico, perfecto y dotado según el más puro ideal renacentista.
Los músculos de aquella escultura carnal se tensaban ante cada una de las embestidas que propinaba sobre el trasero en pompa de su esposa.
Ella gozaba.
Mucho desde luego.
Sin embargo sus gritos eran silencio si los comparaba con el inmenso placer que disfrutaba al entregarse a cualquier amante de su igual género.
Simone copulaba con varones pero solo amaba a aquellas que como ella, comprendían el enganche sexual de una caricia bien dada, los placeres ocultos o el sentido profundo que una mirada, lejana y bien sostenida, puede engendrar en la lívido de toda hembra.
Cuando eso ocurría, Jean Paul tenía prohibida su presencia.
Simone reía mucho más al sentirse observada por su marido mientras otro hombre la cabalgaba.
Pero con su lesbianismo a flote, aquel capricho jamás se lo toleraba.
- Una cosa es follar – aclaraba – y otra amar querido.
- Eres irónica y muy cruel – le echó en cara.
- ¿Acaso no te complazco?.
- No amor – negó retomando el hilo de su último relato – Solo las experiencias logran hacerlo.
Y mientras Simona se sacudía bajo la ducha el enloquecedor aroma del sexo reciente, Sartre intentaba dilucidad porque continuaba existiendo…si la existencia le resultaba tan poco plácida.
Bucardo

Registro Propiedad Intelectual

No hay comentarios: