miércoles, 18 de junio de 2008

El Arrepentimiento


El Arrepentimiento
Hubiera jurado que no eras un arrepentimiento.
No en el sentido estricto claro.
Se supone que frente a estas, debes tenerlo claro, pero es que uno lleva tantas insatisfacciones juntas como deseos tragados y cuando por una sola vez la fea baila con el de al lado, no sabe muy bien la manera con que debe encararlo.
Si, lo hubiera jurado si no fuera porque así, en seco, aun agotado, sin preocupaciones y con los nervios acunados, el sueño me evita mientras que a ti, parece narcotizarte el ritmo en vaivén de mi pecho, con tu cabeza reposando sobre el y esa melena castaña extendida sobre el tórax y parte del lecho.
Así dormía yo cuando terminado el cortejo, veía claro que solo era un arrepentimiento.
Por eso no duermo.
Se que la amanecida traerá un rictus sobre tu rostro, una excusa en tu boca, puede que un lo siento o una falsa promesa.
- Te llamaré.
Ambos nos mentiremos y yo volveré a sentirme solo, arrepentido porque no fueras un arrepentimiento.
Bucardo

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