domingo, 16 de marzo de 2008

La Elección


La Elección
La última vez que lo sintió, salió bastante bien parado.
Le sucedió de tardes, para esas cosas presumía de buena memoria.
Ese día anduvo inquieto, rebelde, crítico con el esquema y tras padecer con el noticiero, escuchando esos discursos de mucha palabra con vista escasa, viendo al tiempo como el abuelo sacaba cuentas con los dedos, para ver si ese mes la pensión le daría para medicamentos, escapó de casa escaleras abajo, con ganas de nada y ansias de mucho.
El mundo desanimaba, atosigando con insistencia de claxon y publicidad impuesta, forzada, intentando venderle la felicidad de tener aunque en el empeño, la cartera se le quedara menguada.
Aquella noche, le salvaron las risas.
Hoy sin embargo, se encontraba demasiado lanzado, disfrutando de la inconsciente sensación que engaña a quienes, aun sabiéndose limitados, piensan que su reciente buena fortuna, les va a durar hasta el camposanto.
Se conocía demasiado bien. Tenía que decidirse para que el bajón no le viniera a lo bestia. Con el, así lo temía, solía entrar un estado apático, deprimido, que rara vez se solucionaba sin arañar algo en el empeño.
- Esta – se dijo, escogiendo a ojo la tercera empezando a la derecha de la cartelera.
Era una de corrupciones, políticos y ladrillos.
Lo que una risa trae, un disgusto lo cura…..y viceversa.

Bucardo

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