domingo, 12 de octubre de 2008

A Oscuras


A Oscuras
Sentado sobre el borde…siempre sobre el borde, contemplas el suelo.
Aun queda demasiada noche, demasiada ausencia y un impropio silencio.
Solo miras el suelo.
A esas horas, tan solo es un inmenso vacío….y encima negro.
La nuca bajo el chorro.
El mando gira al rojo pero el agua brota fría.
Helador.
Hielo sobre la cara, sobre la nuca, más hielo, como cuchillas sobre tu cabello.
Y no despiertas.
Porque siempre estás dormido.
El baño a oscuras.
Ni siquiera te diste cuenta de si pulsabas o no el interruptor cuando entrabas.
Ahora lo haces.
Pero la oscuridad manda.
Insistes.
Pero nada ocurre.
Extrañado, sales al pasillo y apenas andas dos pasos, la luz, extrañamente, retorna al baño.
Te acercas.
A medida que lo haces, la iluminación se debilita hasta que todo vuelve otra vez a quedarse en penumbra.
Te alejas y la luz recobra fuerzas.
Empiezas a asustarte.
Miras al espejo.
Estas al fondo, estas de frente, pero nada se refleja.
Lo hace el marco de la ventana, el pomo de la puerta, la grifería, el embaldosado azul y blanco e incluso la pared rosácea tras tu espalda.
Pero tu eres transparente, estás vacío y te sientes roto.
Estés donde estés, continuarás a oscuras.

Bucardo