miércoles, 29 de octubre de 2008


El Veneno
- Nadie me explicó que esto fuera así.
Madre no escuchaba.
Era tarde.
A esas alturas ya debía de estar envenenada.
Frente a la familia, el plasma, los había succionado hasta impedirles incluso el habla.
En la programación prometieron, dos homicidios, una violación, la receta de una comida milagrosa que no engorda, una mujer llorando, unos hombres que gritan, la cacería de una bestia salvaje, un toro lanceado, la histeria del colectivo y un especial informativo sobre la vida sexual de cierta marquesa.
Al chico, la queja le fue perdiendo fuerza, la expresión se le tornó hueca, la conciencia, perdiéndose de toda lectura y el libro, desolado, acabó resbalando hasta caer sobre el entarimado.
No hagas ruido – se quejó la hermana mientras agarraba el mando imponer más volumen.
Y así fue como el, tu, todos, quedamos envenenados.
Bucardo

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