lunes, 28 de abril de 2008

Loco Cuerdo


Loco - Cuerdo
!Bip,Bip,Bip,Bip! – Snooze------!Bip,Bip,Bip,Bip!-Snooze-------!Bip,Bip!.
Son las seis en punto, bueno….las seis y diez.
Bufffff.
Manolo intenta enfocar con los ojos las manecillas del reloj pero sin gafas resulta algo complicado.
Al lograrlo, comprueba que no va a poder dormir cinco minutos más.
Seguramente pillará atasco.
Seguramente llegará con retraso.
Se sienta sobre el colchón, se incorpora, se estira, marcha al baño, echa una meadita desafinada que salpica todo el contorno de la taza…..es demasiado temprano como para andarse con tientos.
“Ya lo limpiara ella” - piensa.
Ella que dormita sobre el colchón, ni tan siquiera se ha despertado. Está acostumbrada al zumbido del despertador, está acostumbrada a sentir como la oronda barriga de su marido se sienta, se incorpora, se estira y marcha al baño a estampar una meadita desafinada que luego ella limpiará.
Ahora Manolo se vestirá, se calzará, ajustará la corbata con el nudo que ella le dejó entrelazado antes de meterse en la cama y se irá a la cocina.
No se despide.
Nunca lo hace.
Treinta y dos años de matrimonio son demasiados como para andarse con arrumacos de tontos enamoradizos.
Desayuna un vaso de zumo reconcentrado al que rebaja con agua y dos galletas dietéticas que le escaquea a la niña. Suficiente para acallar el estómago hasta que llegue el momento del croissant recongelado y el café negro dulzón que le sirven en la tasca de “Los Julianes”.
Coge el ascensor.
A esas horas no hay luces asomadas al patio. La comunidad duerme aunque al salir a la calle, el tráfico y la gente ya atiborran asfalto y aceras……es lo que tiene vivir en Madrid.
Sopla el viento……del norte. Es un viento enrevesado y malcarado, capaz de congelarte todas las neuronas con una sola arremetida.
Mira el reloj. Son y media.
“No llego, no llego”.
Decide pedir un taxi pero pierde más tiempo de lo pensado tratando de topar con uno que tenga la lucecita verde sobre el techo.
Para. Entra.
Ni un buenos días…..”a la Plaza Manuel Becerra”.
El taxista está tan dormido como el.
Ambos ofrecen unas ojeras de laboratorio…..antológicas.
Tardan veinte minutos…….atasco, chispea ligeramente, los semáforos conspiran para ponerse siempre en rojo justo cuando ellos se acercan y la cadera ortopédica de una octogenaria cruza el paso peatones cuando y como no debe.
Por supuesto, hay que pararse para increparla.
Llegan y sale del vehículo…..en la plaza huele a churros, polución y café recién hecho, a dulce de manzana con canela y embutido barato.
Se da la vuelta y pasa junto a un árbol escuálido que suplica porque lo talen antes de agonizar como lo hace, absorbido por la selva de cemento armado……puede que esté tan cansado como Manolo……pero el solo repara en su imperiosa necesidad de cafeína.
Alza el cuello para protegerse mejor y camina perdiéndose entre la multitud.
Nadie lo mira, nadie lo saluda, nadie repara en el.
Manolo es un ser cuerdo un miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.

Las nueve en punto
Absolutamente compenetrado con el campanario del Colegio de las Escuelas Pías, el portero del Banco Central abre con puntualidad británica las puertas del establecimiento.
Justo cuando el reloj da la última campanada, el hombre separa las puertas y con un cordial “Buenos días y Bienvenidos”, permite entrar a la clientela.
El primero es un hombre de negocios estresado por el ansia de “más”, que tiene tanta prisa por reverenciar al cajero que ni se molesta en contestar al gentil saludo.
Tras el, una abuelita de paso lento y machacón acude por enésima vez a que le expliquen porque ese mes, Hacienda le retiene 81 euros de los 450 que le corresponden por pensión a la que sigue un barrigón prepotente “catedrático del porque yo lo digo”, quien desea mejorar su autoestima, acusando al pobre estudiante en prácticas de turno, de haberle robado con las comisiones.
Raquel y Roberto…..RR……se sienten desde hace tres años.
Ella tiene veintiocho……el uno menos.
Se compenetran bien y desde hace unos seis meses desean ver de frente su deseo de convivir….necesitan un piso……bueno apartamento…….una buhardilla……vale cualquier cuchitril donde poder mirarse a los ojos en intimidad y aprender lo que es hacer el amor, cocinar, leer, hablar, ver una película o asomarse a la ventana sin verse obligados a tener ojos en la espalda para controlar a padres, madres, abuelos, hermanos, tíos, vecinas marujas o amigos que anden por la retaguardia.
Entran.
El director de la agencia ya los está esperando……traje de 900 euros, gemelos de 350, reloj de 400….zapatos espejo….un apretón falsamente exagerado, sonrisa promocional y los invita a sentarse.
“Tengo lo que andabais buscando – ambos se miran sonrientes – justo lo que necesitáis, creedme (levanta un dedo) no encontraréis nada mejor en el mercado, nada más barato ni acomodado a vuestras posibilidades”.
Mientras el banquero rebusca entre los papeles, RR se aprietan efusivamente la mano.
“Se trata de una pequeña buhardilla a tres horas del centro, autobús directo eso si, de 30 mtrs cuadrados útiles, ¡no espera!, 28 mtrs cuadrados que hay un pilar en medio del salón, con cuarto de baño, cocina, salón guardarropa todo integrado en la habitación principal y un pequeño cuarto con armario empotrado de medio metro cuadrado muy romántico…….!eh!…..(levanta un dedo)…..suelo de parqué no os vayáis a pensar…..todo esto por 280.000 euros…..!eh! (vuelve a levantar el dedo)….una verdadera ganga que os lo financiamos a 35 años en cómodas cuotas de 1.100 euros al mes…..!eh! (cuarta levantada de dedo)……y no os cobramos la comisión por interceptación radial de la amortización progresiva…..¿que os parece?”:
RR no se vuelven a mirar.
La sonrisa ha menguado, las manos ya no se acarician tan intensamente…..el romanticismo….ha dejado paso a la calculadora.
Raquel gana 800 euros mensuales…..Roberto 850.
Raquel tendrá 63 años…..Roberto uno menos.
Vivirán los próximos 35 años con 550 euros al mes……adiós París, adiós cenas semanales en un restaurante decente, adiós conciertos, adiós biblioteca, adiós museos, adiós dos hijos……
Han firmado.
Al salir la única sonrisa era la del “¡eh!” y ninguno de los dos sabe muy bien porque lo han hecho.
Al pasear lo hacen por inercia, sin hablarse, las miradas se han enfriado, los gestos reducidos, el cariño guardado en botes, no sea que tuvieran que venderlo al peso para poder pagar las amortizaciones.
RR caminan al lado pero no juntos.
El viento del norte los sacude con saña pero Roberto ya no protege cariñosamente a Raquel.
Nadie los mira, nadie los saluda, nadie repara en ellos.
RR son seres cuerdos, miembros útiles, productivos y sensatos de la sociedad.

En la parroquia de San Genaro las campanas tocan a misa de doce.
En realidad no hay campanas, sino unos altavoces de última generación con el sonido grabado en alguna iglesia de pueblo.
Pero a Francisca ese detalle le pasa desapercibido.
Como siempre desde que en los sesenta, viniera a Madrid recién casa y en busca de fortuna, Francisca acude a la celebración con el rosario en una mano y la hoja episcopal en la otra.
Si fuera por ella, de tan poco dormir como es, acudiría a la de maitines pero el marido se le despierta con el susurro de una mosca y a las ocho en punto reclama su café templado, su leche desnatada, dos magdalenas de la Bella Easo que otras no le valen y la mermelada de melocotón en porciones pequeñas, nada del poco higiénico tarro.
Luego tiene que preparar el almuerzo; tortilla de patata poco cuajada, pan todavía calentito envuelto en doble capa de papel de aluminio, el termo con leche y dos sobres de descafeinado, nada de azúcar más una botellita de Dyc, diminutas, de las de coleccionista, que le ayudan a templar la sobremesa.
Al salir siente cerrarse de golpe la puerta y su paso descendiendo las escaleras.
No esperaba una despedida, un beso o un lejano “hasta luego”.
Tampoco lo deseaba.
Cuando regrese se la encontrará con la misma bata, los mismos rulos, las mismas zapatillas de andar por casa, seguramente terminando de planchar las camisas con un ojo puesto en las lentejas, pues el no las tolera ni dos segundos socarradas.
De ocurrir, se las tendrá que comer todas ella y eso no le sentará nada bien ni a su hígado ni a sus kilos de más que bien se encarga el de recordárselos todas las noches cuando la ve cambiar bata por camisón.
Pero antes deberá desempolvar el recibidor, darle una fregada al cuarto de invitados, preparar la ropa de invierno, mirar una oferta de abrigos en El Corte Inglés, llamar al técnico para que repare el congelador, limpiar las judías pues a su esposo solo le gustan naturales, escuchar el debate de la Campos sobre el “lifting” que se ha hecho la Pantoja, sacar la colada, ponerla en el tendedor vigilando que no llueva, llamarle para ver que quiere de postre (seguramente helado Contesa en doble capa de Straciatella), vestirse para hacer la compra, saludar a las vecinas en el ascensor, la calle y la entrada del hiper, meter en la cesta guisantes, tomates de untar, tomates de cocer, dos kilos de patatas que las congeladas no le gustan a su marido, ternera de guisar, pollo cortado fino porque el grueso nunca le apetece cuando vuelve del trabajo, suavizante para que no le piquen los jerseys, yogures semidesnatados, chocolate con leche, crema Chantilly y algo de merluza fresca de a 18 euros kilo…..!ah! y el “Hola”, el “Que me Dices”, la “Gala”, el “Diez Minutos” a ver que cometan de lo de la Pantoja.
A las once y media el convoy ya no descarrila.
Todo marcha según lo previsto, según lo acostumbrado, día a día, mes a mes durante los últimos cuarenta años.
No hubo hijos.
Que Dios la perdone por ello.
Es entonces y solo entonces cuando se enjoya, saca del armario un elegante traje marrón claro, los zapatos de hebilla dorada y el bolso de los domingos y marcha a misa casi cuando el altavoz comienza a dar la serenata.
Tiene mucho que hacer allí.
Tiene que rezar, rezar, rezar, todo lo que pueda y más.
Si no jamás le perdonarán.
Nunca le perdonarán que su marido lleve cinco años acostándose con la secretaria, nunca le perdonarán que al anochecer, apenas echa el pistillo de la puerta, la toque tan solo para abofetearla cuando la camisa pierde un botón que ella olvidó zurcir, nunca le perdonarán que la llame “inútil”, “sosa”, “estéril”, “hija de la gran puta”, nunca le perdonarán que un día la tildara de “zorra” en una fiesta de empresa y señalara con gesto de profundo odio, “!!!maricón!!!”, al único que tuvo coraje para salir a defenderla, el único a quien, por no gustarle las mujeres, le daba igual que el pollo fuera o no cortado en fino.
Ante el altar se arrodilla casi se humilla con las manos fuertemente entrelazadas en torno al rosario, temblorosas, dolidas como le duelen las costillas.
Fue de su última patada…….se la dio por no llamar al técnico para que reparara el congelador.
Al salir de la iglesia son ya las doce y media.
Tiene el tiempo justo de llegar a casa y volver a rezar…..para que no se le hayan quemado las lentejas.
El viento del norte le enfría el cuerpo recordándole los moratones acumulados.
Nadie la mira, nadie la saluda, nadie repara en ella.
Francisca es un ser cuerdo, miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.

Cuando a las dos en punto el timbre da por concluidas las clases, Oscar lleva ya cinco horas tratando de escabullirse mentalmente de ellas, aguantando como al cabronazo del profesor le ha dado hoy por explicar la Teoría Darviniana de la evolución y a el le han entrado los bostezos y las ganas de darse el piro en cuanto ha empezado con la plasta del Austrolophitecus cinco millones de años atrás.
“¿A quien coño puede interesarle lo que hiciera un puto mono hace tantos años?”.
Oscar está hasta los huevos del instituto, de los horarios, las tareas, las extraescolares, los mierdas de compañeros, los mierdas de maestros, el mierda del director, todos, todos mierdas.
De mañanas su vieja lo ha despertado a grito pelado y el, con los auriculares todavía metidos en la oreja, la ha mandado a tomar por culo…..”!déjame en paz pesada de los cojones!”.
Ella ya no le hace caso.
¿Para que si antes de que el sol se despierte tiene al marido currando y no hay nadie en la puta casa capaz de levantarlo a ostias?.
Al entrar en clase, colleja el empollón, no más que para recordarle que ya puede ir afinando con los apuntes y pasárselos luego.
Saludo a la peña…..“Pasa”…..“Que tal”…..“Anoche de putísima madre ¿no?”.
Miradilla a María…..”que buena esta la muy cerda”…..buenas tetas, culo mirando al frente….siempre dispuesta.
Camina y se sienta atrás del todo.
Sentarse a su manera, con las dos piernas encima de la mesa, la gorra calada sombreando los ojos….aspecto desaliñado, pasivo, desafiante
Entra el profesor.
Lo mira.
Ni caso.
El último que intentó hacérselo terminó ante la APA por gritarle demasiado….¿o lo acusó de darle un bofetón?. Daba igual, a las pocas semanas lo mandaron a otro centro.
Seguramente se alegraría por perderlo de vista.
Durante la primera hora se toca la entrepierna, en parte porque le pica y en parte porque es su manera de decir buenos días al profesorado.
Luego los auriculares a todo trapo….le llaman la atención cuatro veces…..a la quinta baja el volumen sin apagarlo…..no sea que llamen al director y este lo expulse una semana.
Padre no entiende más que de ostias y de las buenas.
Lo del diálogo se le quedó en el camino a los trece, cuando lo expulsaron temporalmente por explicarle a la de química que tipo de relación deseaba entre su lengua y la entrepierna de la aludida.
Cierra los ojos.
Piensa en el carné de conducir que le queda a la vuelta de la esquina, piensa en el primer coche que afane, en como lo tuneará…..de rojo brillante con rayos blancos salidos en finas tiras eléctricas de atrás hacia delante, con los faros halógenos amarillos para putear al personal deslumbrándolos por la noche en plena autopista, las llantas como las del Alonso y el interior de tapizado cuero con un equipo de música de los de cagarse y la guantera llena de máquina por un tubo.
Costar costará un pastón pero el viejo anda forrado y solo hace falta darle un poco de coba, prometerle cambiar, responsabilidad, enchufar el motor y a por la siguiente.
Cuando vuelve a abrir los ojos el mariconazo del profesor todavía no ha terminado con los monos esos.
“!La ostia que pesado!”.
Se aburre.
Desde que comenzara la lección, piensa en utilizar por primera vez el bolígrafo.
Lo desmonta, masca un poco de papel, lo introduce en el canutillo y lanza tres bolas al imbecil del empollón y otras tres a Clara……con lo pelota que es uno y lo fea que es la otra, sobran los aplauden la hombrada con unas risitas.
El maestro sabe lo que ocurre a sus espaldas.
Pero le da igual….todo le da ya igual.
Toca la campana.
Toca trapiñar algo de papeo.
Sale al pasillo.
El viento del norte ha abierto algunas ventas y el frío penetra por las costuras de la piel Pero el no siente nada.
La pastilla que se metió antes de salir le mantiene los nervios en la pura inopia.
Camina por el pasillo en dirección al comedor.
Nadie le mira, nadie le saluda, nadie repara en el.
Oscar es un ser cuerdo, miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.

A las cinco y cuarto al inspector Redruejo le entran ganas de echarte otro copazo.
Lleva doce horas en pie y la cosa no tiene pintas de terminar.
A las seis ha interrogado a un hombre que le ha justificado la tremenda paliza propinada a su mujer, excusándose en que “para eso me casé con ella”.
Dos horas más tarde un Latin King presumía desvergonzadamente de haber rajado a un “hijo puta Ñeta” por mirarlo mal en plena calle y cuando se le ha recordado que el muerto tenía padre y madre ha respondido….”bueno, también me los hubiera chingado”.
Luego una madre al borde del colapso nervioso trataba de convencer al comisario, tal vez más a si misma, de que la noche pasada su hijo no se metió de anfetaminas hasta las orejas y terminó por violar a una chiquilla de doce años porque….”es un buen chico, se confunden ustedes de persona, mi niño no hace eso, somos buenos padres….”.
Hace media hora ha levantado el cadáver de una prostituta senegalesa que debía tener dieciocho, a lo sumo veinte años.
Su chulo la rajo para que las demás se sometieran más dócilmente.
Mañana a las ocho ella estará enterrada.
El juez ordenará que su asesino duerma en su casa antes de que terminen de echar la última palada de tierra sobre el ataúd.
Con un poco de negra suerte, incluso podrá llevar un ramo de flores antes de que el cortejo salga del camposanto.
Está harto.
Se levanta, se despide de la brigada y marcha al “Berzas”, el garito de la esquina.
Pide un cogñac, un “revientahígados”, el quinto de la jornada.
Seguramente se tragará otros tres más antes de meterse en el sobre.
El dueño le conoce, se abstiene de decirle nada.
Demasiada mierda como para no buscar consuelo y olvido en algo.
A las nueve saldrá tambaleándose camino del coche.
Conducirá hasta Tres Cantos tratando de no salirse de la derecha, aparcará como buenamente le dejen sus reflejos, echará una postrera cerveza desparramado sobre el sofá, intentará llegar hasta la cama, igual vomita en el pasillo, evitará mirar la mesilla donde aun está la foto de su mujer, de sus hijos…..una se marchó con un crío de veinte años que se la tiraba donde el mismo duerme ahora…..los hijos con la edad fueron huyendo de su malhumor alcoholizado.
Tendrá hambre pero el licor le atenuara la sensación.
En la nevera no hay nada más que algo de fruta, cerveza, piña colada y unos huevos que a veces se fríe con aceite de soja…..es lo único que sabe cocinar….el resto se lo devora de bocadillo en cualquier cuchitril de los que visita….bocadillo de jamón, cogñac….bocadillo de tortilla….carajillo…..bocadillo de lomo…..sol y sombra.
Antes de rendirse se da cuenta de que la ventana está abierta y el viento del norte penetra hasta lo más profundo del apartamento.
Da igual.
El alcohol le calentará los glóbulos.
A la tarde lo despierta el busca. Alguien ha hecho una algarada en la estación de Atocha.
Levantarse, ducharse, afeitarse, ponerse el uniforme y sonreír para evitar le descubran la resaca diaria acumulada.
Y cuando sale a la calle……nadie le mira, nadie le saluda, nadie repara en el.
El inspector Redruejo es un ser cuerdo, miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.

Son las seis en punto.
Álvaro tiene que hacer acopio de todas sus buenas maneras y de cuatro cafés bien cargados para conseguir no dormirse en plena conferencia.
Y eso que es el quien, subido al estrado de la sala VIP del Palacio de Congresos, la imparte.
Lleva casi once meses preparando el informe de gestión de balances comerciales, ratios, beneficios y réditos empresariales y dos años lamiendo el culo a los mismos mandamases de Walcon S.A que ahora lo escuchan entre adormilados y apurados por la vejiga.
Apenas dos o tres le prestan atención.
El resto ponen los ojos vidriosos, fingidamente interesados y asienten con la cabeza de manera robótica e impersonal, cuando intuyen que deben hacerlo.
Le da igual.
El presidente está allí y ha sonreído.
Seguro que se siente impresionado con la firmeza de su acento, sus gestos resueltos y a la vez afables, su sonrisa blanqueada, la pulcritud del traje Armani (3.290 euros), el peinado a medio camino entre la formalidad y el ímpetu juvenil y los constantes guiños que hace a la necesidad de empatizar con los deseos de “Nuestros Clientes”.
Walcon S.A fabrica sábanas y almohadas.
Walcon S.A factura el 71% de sus beneficios a familias ajustadas al rol tradicional.
Álvaro incide una y otra vez, con insistencia numantina, en la necesidad de presentar la sociedad como una empresa dispuesta a defender los valores que la familia convencional y honesta representa.
El presidente lleva casi tres décadas casado con una antigua modelo sueca.
Cuatro hijos más uno adoptivo, chalet en la Moraleja, yate en Puerto Banús, jardín privado de 500 mtrs cuadrados, misa los domingos y cocktail en la Convención Anual del PP. En otoño gusta de pasear con sus vástagos bajo los robles y en verano, verlos disfrutar en sus escapadas y chapuzones sobre el Mediterráneo
La cosa huele a ascenso…..6,000 euros al mes, directivo, puede que incluso lo acompañe en la próxima cena con el Ministro de Economía.
Éxito, valoración, apreciación, Ley del más Fuerte.
Y el lo es más que nadie.
Termina la conferencia.
El presidente se levanta para aplaudir.
Los demás esperan a que el lo haga para imitarlo comprobando la intensidad con que lo hace para amoldarse al gusto del patrono.
“Babosos” – piensa Álvaro – “Jodidos babosos”.
- Usted vale – lo saluda el Director General de Marketing, un hombre que al percibir en el cualidades intentó hundirlo desacreditándolo ante los compañeros.
- Buen fichaje a hecho la empresa con usted - halaga el Gestor de Comercialización, quien todos saben gasta medio kilo al mes en crecepelo y putas.
- En su cara se nota – habla el Presidente – que lleva meses sin dormir preparando este Informe. Absolutamente extraordinario. Mañana hablaremos.
Hace medio año que terminó el puñetero informe.
Lo único que tuvo que hacer fue actualizarlo un poco.
Lo que le resta sueño por las noches es Internet.
Solo allí, en la soledad de su apartamento de alquiler (1.110 euros al mes) en Concha Espina, logra la intimidad que necesita para verlas, para saludarlas, a sus conejitas, a sus niñas inocentes, depravadas, que lloran aunque en el fondo les gusta lo que le hacen, si, que jadean pero seguro que de placer, que miran con cara de “quiero irme por favor”, “¿por qué me haces esto?”, “¿y mi mama?” cuando seguro que en el fondo sus púberes cuerpos solo desean lo que les esta pasando.
Si, allí es donde el siente el verdadero Álvaro que estos engominados falsos e hipócritas jamás dejarían traslucir.
“6.000 euros al mes” – piensa.
Al salir por la puerta giratoria del Centro, el viento del norte consigue enfriarle el cuerpo, pero no la lívido.
A dos pasos, el Presidente se introduce en la limusina y marcha hacia su jardín de 500 mtrs cuadrados donde jugará con sus……hijos…..con sus niños.
Álvaro llama a un taxi.
Nadie lo mira, nadie lo saluda, nadie repara en el.
Álvaro es un ser cuerdo, miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.

Son las ocho.
Severino lleva dos horas haciendo cola frente a la taquilla cuando a dos pasos le cuelgan el cartel de “No Hay Billetes”.
Se acuerda de la madre del taquillero.
Busca a un reventa de confianza y soluciona el mal trago.
Otra hora frente a la puerta de entrada y otra media más para encontrar su asiento…..primera fila por supuesto, entre los Ultra Sur y el palco de autoridades quienes miraran el partido, puro en mano y Calvados, haciendo negocios sin prestar mucha atención a lo que hacen los veintidós contra una pelota.
Ellos se lo pierden.
Mañana tendrán que enterarse por “Marca” y el lo habrá visto todo en directo, en primera línea, como lo viene disfrutando desde hace ya ocho años.
Renovación anual del carné de socio…2.200 euros anuales…bufanda oficial…..30 euros……camiseta con el nombre de Zidane a la espalda……90 euros….gorro con el escudo y los colores del equipo……35 euros……entrada de reventa……200 euros…….trompeta plastificada……15 euros…….pipas……2 euros.
A la parienta le entran los mareos cada vez que saca cuentas….”con ese dinero podríamos ir a tal o a cual, que si a comer de restaurante, que si al teatro”…..!bah chorradas!.....si Severino coge un avión es porque el Madrid juega la Copa de Europa, si va a un restaurante es porque sabe que Raul va allí con cierta frecuencia y si tiene que sentarse en un teatro……la sesión es a las ocho y a esas horas siempre retransmiten algún partido en Futbolmanía, Megafutbol, Futbol Hasta En El Water y Fútbol Histórico con Piedras.
¡Es que no lo comprende!.
Sale el equipo acompasado por los demagógicos sones del himno.
- !Bravo! !A por esos mamones!
A los dos minutos aparece el rival.
- !Hijos de puta!, ¡maricones!, ¡perros!, ¡me cago en vuestra puta madre!.
Entre medio un árbitro para el cual no existen adjetivos definibles.
Empieza el show.
A los cinco minutos el delantero zaireño del contrario mete un gol de cabeza.
- ¡Arbitro ha sido fuera de juego, arbitro estás comprado, tu negro de mierda vuélvete al Sudán, negro, negro, asqueroso negro!.
Media hora más tarde su adorado Zidane falla una ocasión de manera extrepistosa.
- ¡Eres un manta, un vago, un mierda, un inútil!
Dos minutos más tarde el mismo Zidane marca un gol de chut fuerte y raso colado al palo derecho del meta rival.
- !Si ya lo decía yo, el mejor, es el mejor, eres oro Zidane, oro!.
Toca descanso.
Saca un bocadillo de sardinas y cerveza.
Mientras los Ultra Sur ofrecen cánticos que hablan de una Europa Blanca y de odio a todo lo que no sean ellos…..Madrid, Madrid, Madrid…..mientras encienden bengalas que casi arrancan la cabeza a algún crío de la gradería superior.
- !Que chavales más majos! – exclama Severino – Mi hijo está allí, con ellos – le espeta a otro seguidor que lo contempla ensimismado con cara de ….”¿y puedo también ir yo?”.
Segunda parte.
Otra vez el zaireño, otra vez a los cinco minutos, deja en ridículo a la defensa madrileña y les endosa el segundo.
Severino pierde la voz al pronunciar ¡eres un animal! e impotente le tira un mechero que termina impactando en la cabeza de una señora de edad.
Alguno alrededor se lo recrimina, pero pronto es acallado por la multitud vociferante.
Pitido final.
El Madrid pierde 2-1.
Severino necesita tres cuartos de hora para dejarse llevar por el rebaño y conseguir salir del Santiago Bernabeu.
Recuerda que mañana tiene que levantarse a las cinco de la mañana para entrar al tajo…..diez horas…..día libre semanal…..900 euros en 13 pagas…..la hipoteca…..los niños gritones…..la suegra insufrible……la avería de la lavadora que no sabe como pagarla…..la tripa cervecera que le está saliendo…..le duele una muela….hace cuatro meses que no copula….!Dios cuando será el próximo partido!.
El viento del norte le hace apresurar la marcha camino de la parada de Lima.
Nadie le mira, nadie le saluda, nadie repara en el.
Severino es un ser cuerdo, miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.

- Yo no firmo un solo papel si no cobro de antemano – puñetazo sobre la mesa – de antemano – insiste- ¿comprendido?
Son las nueve en punto de la noche y mientras el zaireño golea al Madrid, Pedro Berzosa alcalde del ayuntamiento de Navalperal, hace horas extras en el mismo sillón que lleva diez años ocupando interrumpidamente.
A comienzos de los 90 ganó el puesto presentándose con los socialistas, luego, en cuanto intentaron echarle de las listas se pasó a los populares para terminar también expulsado y ganando el puesto por el “Partido de los que Si quieren el Progreso de Navalperal y se llevan mal con los que No quieren el Progreso de Navalperal”.
Para abreviar y ahorrar saliva, el siempre lo llama…..ELSUYO, porque ese partido es así, ELSUYO.
Apenas desayunado se ha presentado en el despacho Isabel de Casa Herrero.
La hija se la casa el año que viene y necesita una licencia para obrar en un descampado que tiene en la vaguada de San Andrés.
- Una casa pequeña señor alcalde – adujo – No más para que tenga donde meterse.
Pedro ha abierto su expediente….el mental se sobreentiende….”A ver esta no me ha votado nunca y además, se que va hablando mal de mi por la calle. En un pueblo con 1.000 almas todo se sabe, todo lo se”.
Los papeles están en regla, el terreno es urbano y legalizado, todo está acorde con la ley urbanística que el mismo promulgara apenas se hizo con el consistorio.
- Claro que si Isabel – la despide – Haremos todo lo que esté en nuestra mano.
Apenas siente como taconea escalera abajo llama a su secretaria.
- Piluca, mira a ver como podemos echar abajo esta tontería. Busca cualquier argucia para que no se haga – se sube los pantalones – Vamos a ver quien cojones tiene la correa en este pueblo.
A las nueve de la noche el Ayuntamiento está vacío, pero el tiene cita con Don Edelmiro de la Vega, abogado representante de “Construcciones EIZOSA SA”.
La cita es bajo mano y a horas intempestivas para evitar ojos mal encarados.
El legado trae una carpeta negra enorme, saturada de planos y tramas que el alcalde no llega a comprender……líneas, muros de carga, pesos, medidas, alzados, dos aguas, dinteles, traídas de…, electricidad, zonas ajardinadas, ventanales…..todo ello junto a la vaguada de San Andrés.
- Serán 10.000 viviendas unifamiliares con capacidad para unas 23.000 personas. Calculamos que 350 millones de euros más….- el abogado deja en suspenso el final de su argumentación.
- El 5% por tramitación y aceleración de todos los papeleos – sentencia Berzosa.
- Estamos de acuerdo. Pero nos preocupa el problema del agua. Verá…..Navalperal no se libra de la sequía y como comprenderá usted, 10.000 unifamiliares con los grifos secos son difíciles de vender”.
- ¿Desde cuando eso supone un problema?. Mañana mismo le quito la licencia de aguas a cincuenta agricultores y trazamos el desvío de la torrentera del Alcanadre a donde sus jefes nos digan. Algunos andarán que si las nutrias y los bichos (se acuerda de la madre que parió a los de Adena que lo tienen emplumado a pleitos) pero la cosa se soluciona con una buena campaña en su contra (“enemigos del progreso”, “talibanes de la conservación, “amantes de los bichos”, “hippies”). Se me da bien eso.
- Ya pero resulta que es usted un alcalde digamos……tocado. ¿Cómo vamos a presentar esto?.
- Fácil…..¿no controlan sus jefes los periódicos locales?. Pues a tirar de anuncio y bondades por el tema. Llamaremos a la urbanización “Prados Soleados” y pondremos un cartel a la entrada del pueblo “Futuro, Prosperidad, Verde”.
Se ríe para los adentros.
Desde que ostenta el bastón de mando, verde, lo que es verde en Navalperal cada vez menos, soterrado por un cemento que crece al ritmo que engordan sus bolsillos.
Salen a tomar un café.
El viento del norte les hace ansiar todavía más al calor del bar.
Nadie les mira, nadie les saluda, nadie repara en ellos.
Pedro Berzosa y el abogado son seres cuerdos, miembros útiles, productivos y sensatos de la sociedad.

Esta mañana ni se ha molestado en mirarla.
Regordeta, feucha, simplona, la chica lleva dos horas en pie con las piernas doloridas y la espalda sudorosa, atendiendo a la larga fila de comensales que le piden una, dos, tres, trescientas hamburguesas, uno dos, doscientos batidos, tamaño grande, tamaño mediano, tamaño la leche….con pajita, sin pajita, sin mayonesa, con doble de salsa tomate, sin queso, sin sal en las patatas, señorita le pedí pollo no ternera, está cansada, las manos le fallan, los pies le matan y desea meterse de cabeza en la freidora y derretirse.
Pero Rufino ni tan siquiera se ha dado cuenta.
Anoche no estaba tan ausente, camelándola con palabras tiernas, con promesas adelgazantes…..durante las dos semanas pretéritas anduvo ojeándola, como lobo tras reno, averiguando sus puntos flacos, sus puertas abiertas, la llave del candado que le llevaría directamente a sus bragas o a quitárselas.
El polvo no fue gran cosa.
Pero bastaba para encontrar alivio.
Siete chicas en nómina y ya había fichado con cinco.
“No está nada mal – pensaba – Pero en el anterior trabajo hice pleno”.
Aquí le quedaban la marimacho y la lesbiana, ambas casi imposibles.
El pensamiento se le va hacia las dos rubias que esperan en la fila de la feucha.
Ambas ofrecen un aspecto sugerente, impecablemente provocativas con esos tejanos ajustados, insinuando, ofreciendo, pidiendo a gritos guerras….”A ver me tiro a la primera que mire”.Será la más bajita.
Por el maquillaje intuye que le gusta hacer notar su presencia, por el tanga que le gustaría que se lo viera, el móvil es de los caros, indudablemente ella o sus padres tienen como pagarlo, “suficiente”.
Rufino adopta el royo “viajo mucho” que siempre queda bien.
En realidad lo más lejos que ha llegado fue a Calpe con sus padres, todos los meses de agosto, pero el sueldo da para comprar alguna guía en el FNAC y de allí saca información para camelar.
“Lo malo – piensa – es si me ve la feucha. ¡Como se pondrá!”.
¡Pues coño como todas las que se enteraron en su momento de lo que tocaba!.
Si en el fondo les encanta dar de comer al cuerpo y luego si te he visto no me acuerdo…..”lo que pasa es que yo lo hago en plan aguja……primero toco los puntos sensibles y antes de que se encaprichen……pies para que os quiero”.
Se acerca.
Lo miran sin retirar los ojos.
“Uyyyyy esta noche plan seguro”.
“Uy ahora me mira la de anoche, jo que cara parece que me atraviesa con dardos”.
Pero ya estoy acostumbrado a ello.
Después de…….dos, tres, diez, treinta y ocho, múltiple de dos…..unas ochenta, debería estarlo.
Como la idiota esa a la que dejó preñada en la Feria de Abril……luego le mandaba email desesperadamente pidiendo ayuda, socorro, compañía…..menos mal que no le dejó su dirección.
Los amigos se destornillaban de la risa.
Ella tuvo que abortar y pasar dos meses de depresión.
“Bueno, vamos allá”
- Hola me llamo Rufino pero me puedes llamar Ru…..¿puedo ayudarte en algo?.
Tras el, la cajera pone pies en polvorosa abandonando el turno y a un cliente con la boca abierta en mitad de pedir una de pollo con doble ración de cebolla.
Se escabulle hasta la calle, donde viento del norte le sacude la cara.
Arroja al suelo el ridículo gorrito del uniforme cuando ve asomar por la puerta delantera a Rufino, cogido de la cintura con su nueva conquista.
Nadie le mira, nadie le saluda, nadie repara en el.
Rufino es un ser cuerdo, miembro útil, productivo y sensato de la sociedad.





Hoy Loca Pintas se siente profundamente feliz.
El despertador se ha quedado tan dormido como ella.
Bueno la verdad es que ni siquiera lo ha conectado.
Son las diez y todavía ha tardado un buen rato en desperezarse sobre la cama.
Estirar un brazo a la izquierda, estirar el otro a la derecha, abrir un ojo, estirar los dos hacia delante, arquear la espalda, abrir el otro, dejar que la luz radiante le acaricie los mofletes, suspirar hondo, mirar el techo, imaginar que esa mancha de humedad es en realidad un dragón alado, fiero, de fuego en boca y homosexual…….
Fuera escucha a sus compañeras de piso desayunando.
Le entra más pereza.
Sonríe.
¡Venga en pie!.
Leandra y Virginia comparten aquellos 80 mtrs cuadrados con ella desde hace dos años.
Ambas llevan cuatro como pareja.
Entre las tres y a una se pueden permitir pagar el alquiler de aquella buhardilla desvencijada pero sobresaturada de carácter e historia en pleno centro de la capital.
Loca Pintas agradece su compañía que le posibilita para poder sobrevivir en la ciudad más cara de España con sus 500 euros mensuales que se saca preparando sandwiches en el “Bocatas” más esos picotazos que va ganando con una exposición, una galerista con mente abierta, un trabajito ideando un nuevo personaje, desarrollando una tira, echando un cable en alguna revista.
No ahorra pero la nevera no se angustia, no tiene plan de jubilación pero sus estanterías en X andan repletas de libros a quienes ella llama “la fe escrita de que estoy viviendo”, no tiene hipoteca pero jamás ha dormido al raso ni le ha faltado para darse un capricho de vez en cuando…….un te con chocolate, una entrada el Reina Sofía y si hay suerte……un viaje a Roma para ver la Sixtina.
Por fin consigue abandonar una cama que la deja marchar como una amante abandonada, larga en el suelo cogiéndole la mano suplicante hasta el final.
“Ummmm huele a tostadas”.
Unta el pan con tomate, se sirve zumo de naranja que gentilmente le han exprimido las “compis” y se dedica con absoluta tranquilidad, a ver como, mientras alivia los gruñidos de su estómago, va discurriendo la vida bajo el balcón.
El día es maravilloso y no hay prisa.
Podría ganar un buen sobresueldo trabajando en el turno de noche hasta las 3 de la madrugada o levantándose a las siete para ser ella quien levante la reja de la bocatería.
Pero con quinientos más lo que voy picando, me llega.
“No necesito porque no deseo”.
Con la tostada en la boca vuelve a estirarse.
Al hacerlo gira la cabeza a su izquierda y los ve, allí, amontonados.
Una docena de pequeños botecitos de pintura y tres pinceles de tres tamaños diferentes.
Entonces se acuerda.
Se había gastado unos buenos dineros pero merecía la pena.
De repente le entra una sobrecarga de “prisina” es decir de “adrenalina hiperactiva”.
Se viste…..pantalón ancho, color oscuro, desgastado o descosido por debajo “algo tendré que hacer con ellos”….una camiseta interior bien ceñida, también oscura, otra por encima de manga larga, oscura, un jersey fino y oscuro, otro más grueso….¿adivinan?...oscuro y el abrigo……por supuesto…oscuro.
Al salir coge los botes que se mecen metálicamente y al compás dentro de una caja de madera usada para llevar frutas y salvada “in extremis” del contenedor una semana antes….¿Como puede haber gente que se desprenda tan alegremente de estas maravillas?.
Abre y camina hacia el ascensor.
El aparato es uno de esos viejos, modelo Concha Piquer, que se abre con rejas extensibles forjadas en mil y una volutas y revueltas inimaginables, ascendiendo los pisos con chirridos y quejidos prueba de sus muchos años en el oficio.
La vecina asoma la cara fuera de la puerta.
La mira con cara de “buffff. Ya esta aquí otra vez”
Loca Pintas le contesta con una sonrisa.
Baja.
Sale a la calle y camina.
“¡Que sol! ¡Pero si es que me calienta las baterías!”.
Saluda a un desconocido.
Este la mira con cara de “y a que coño me saluda esta”.
Daba igual lo sintió necesitado de candor y se lo dio.
Impulso…ji,ji.
Camina hacia el parque público, lo atraviesa a paso ligero.
Casi nadie está allí en horario laboral.
Los niños en el colegio, sus padres pagando facturas….solo los abuelos que la contemplan….“donde irá esta con estas pintas”….con ojos de no saber muy bien que hay debajo de ropas tan anchas….“en mis tiempos se vestía decentemente”.
Sale del parque…..ya escucha el silbido del tren.
En la acera hay tantas prisas como cuadraditos en el diseño de sus baldosas.
Un hombre la adelanta por la izquierda, empujándola sin ni siquiera soltar el móvil para disculparse, una mujer con carrito cuyo hijo apenas de dos años se aferra al asiento espantado por la velocidad que coge su madre, un joven que corretea con el uniforme del Eroski puesto, una pija que con faldas fashion, medias fashion, gafas de sol fashion, maquillaje fashion y pelo la ostia de fashion…..pasa por su lado y le dice visualmente….“tía, ¿dónde vas con esas trazas?”….da igual.
Atraviesa el semáforo cuando el señor de verde parpadea, sobran los cláxones que se lo recriminan porque ya aceleraban estruendosamente sus motores anunciando que no respetarán nada humano o animal que atravesara la calle en cuanto el semáforo se lo permita.
Daba igual.
Por fin llega al sitio elegido.
Una valla, en un callejón olvidado, nadie la mira, hay un agujero…solo necesita un segundo y dos movimientos ensayados.
Se cuela.
La pared está muy bien elegida.
Es un muro compacto y sin fisuras de cemento armado, seleccionado porque ofrece un buen soporte…..y porque ante el, cada quince minutos, pasan todos los cercanías que comunican Alcalá de Henares con la mayor estación ferroviaria de la ciudad; Atocha.
Usará doce minutos para pintar y tres para esconderse, a ritmo y sin descanso hasta terminar.
“Nadie me verá” – se convence a si mismo.
Comienza.
A las cuatro y media de la tarde ya casi ha terminado.
Recula dos pasos para ver de lejos su obra cuando siente que alguien la está observando desde atrás.
Como en una película de suspense se da la vuelta y respira tensa…..es un Securata.
- ¡Hola! - saluda con su mejor sonrisa.
Media hora después el Securata la pone ante las ojeras del inspector Redruejo quien exhibe cara de mala leche y una foto digital……..es un mar de petróleo negro, espeso y viscoso, con trazos brillantes allí donde la escasa luz de un sol metalizado le ha tocado.
De semejante mole, sale una flor…..es un lirio blanco….casi todos son azules….los blancos son albinos, raros, excepcionales, de un esplendor infinito, casi divino, atrae la mirada hasta conseguir que te olvides del pozo negro del cual surge……y germina usando como base unas letras escritas en con reflejo verde semejando textura de hierba…..“CREA”.
- A ver – dice el inspector mostrándole la fotografía - ¿Qué pretendías con esto?.
- Pues cada día, según mis cálculos, unas 36.288 personas pasan por delante de esa pared gris…a ritmo lento porque el tren está ya entrando en Atocha y con todas las prisas del mundo por bajar y empujarse. Están dormidas, están tristes, robotizadas, abducidas…..solo quería que pensaran en la esperanza, en la belleza que pueden encontrar en los sitios más insospechados, incluso en una mole de cemento o en el asfalto de una carretera.
- Niña – aduce Redruejo con gesto de infinito cansancio - ¿Pero es que tu estás loca o que?.
- ¿Yo?.....yo no – responde con convicción - ….¿y usted?.
Bucardo


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