jueves, 2 de abril de 2009

Fóllame


Fóllame
Huyó de la llovizna aunque esta siempre la venciera.
Bajo el puente, con la ropa menos calada del alma, esperó en vano mientras la amargura, calaba más allá de la piel, más allá de su propia ansia.
Se sentía muerta…aunque respirara.
Era mujer aunque más niña, pisando un barro pastoso que impedía cualquier fuga de su pasado.
Pasado oscuro pero no por ello olvidado pegado a un futuro sembrando en balde.
Humillada por el hartazgo, fue poco a poco acuclillándose hasta hacerse todavía más una, allí, abajo y sola, bajo las piedras negras del viejo puente.
Invisible frente a un mundo que continuaba circulando.
Así fue como la encontré, de amanecidas, cuando el cielo había ya escampado.
A pesar del fresco no temblaba.
A pesar del dolor no gemía ni se lamentaba.
Sencillamente, nada esperaba.
Y sin embargo, cuando hice el gesto de arroparla, gritó como una fiera acosada, enfurecida y agresiva, dispuesta a todo por no ser más pisoteada.
Tuve miedo.
Y nunca más supe de ella.
Apenas un segundo y para lo eterno, tendría clavada su mirada aterrorizada.
- Fóllame – dijo la protagonista, antes de romper sus medias y vengarse de mi con un disparo en toda la cara.
Y luego la llovizna.
La llovizna y yo, retrasando el momento de regresar bajo el puente, donde, cuando por fin volví, ella ya no estaba.
- Fóllame – repitió.
Y yo lo hice.
A pesar de la muerte que se estampaba en su mirada.
Bucardo

No hay comentarios: