
No hubo chica ni hubo ayer.
Y en el camino entre los ochenta y el milenio, se nos fueron descontando las huellas….una a una, por la muerte y el viento que nos dejó en el silencio y a solas.
El hoy fue final y tan solo nos quedó la guitarra sin cuerda, la partitura sin nota…la boca sin poema.
Antonio dijo adiós.
Y tan solo nos quedó la vida….que resulta, ¡oh sorpresa!, que no es eterna.
Hasta siempre Antonio Vega….
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