domingo, 8 de noviembre de 2009

Los Copos Negros


Los Copos Negros - ¡Llegará el día en que hasta las nieve nos caerá negra!. El abuelo era un ser achacoso y quejica, al que todo le parecía malo o peor y a quien le resultaba incapaz descubrir hierba fresca entre la maleza. Imagino que no siempre fue así y que el ácido de sus palabras, se fue reverberando a medida que se alejaba del propio natalicio. Yo lo apreciaba aunque, cuando el entendimiento se le desgajó del cuerpo, se tornó en un ser todavía más arisco, incluso hostil y desconfiado, al que era imposible sacarle una sonrisa o un gesto que lo evidenciara. Callado y distante, encendía una tele que no veía y quedaba así, revolviéndose los adentros, ahogado en el recuerdo. Al abuelo lo enterramos e hicimos como que sentíamos pena. Alguno se calló para dentro cierto alivio. Ahora ya no soy tan niño, ni tan iluso y aunque queda mucho para los ochenta y tantos que finiquitaron al yayo, comienzo a pensar en el, dando a su agresividad un toque menos áspero. A diferencia de el, yo si que escucho la tele, aun en el padecimiento estúpido y masoca de hacerlo. Miraba y miraba contemplando sus caros trajes y sonrisas de bote, estiradas y falsas. Miraba como tragaban con gula, más, más, más y como se defendían, su honor, su honra, su buen nombre, como gato echado a tigre, acusando, mordiendo o amenazando a aquellos que les reclamaban lo que no tenían; cordura. Y mientras, seres con el rostro agotado, desconocedores e ignorantes, sin saber lo que les quedaría, a ellos y sus familias, suplicaban las migajas que escapaban de la gula de quienes debían ahorrarles preocupaciones y pancartas. Era diciembre y giré para contemplar los copos que nos traía la cercana invernada. Me acerque para asomar una mano a través de la balconada. El copo todavía era blanco…..todavía. Bucardo

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