
¿También?
No hace falta cerrar los ojos para sentirse solo.
A veces, solo hace falta escuchar, para descubrirte en ello.
Escuchar como la gente se deja llevar y la corriente los va alejando de ti y todo lo que eres y sientes.
Quedas con la mirada atravesando el espesor del techo mientras en torno tuyo, todos duermen.
Pero tu no puedes, pues aunque te rodee carne y respiración, aquí solo quedas tu, sin nadie que pregunte por que o como.
Basta mirar al pasado para creerte traicionado.
Por ti, por ella, por el y ellos…por todos.
O que tal vez no lo has hecho y por eso, ahora quedas a solas, aunque sobre la mesa todo sean risas, chanzas y vino de tetra brik barato.
Hasta esa tarde que con el teléfono en la mano, pulsas un número de agenda vieja y perdida, pero que nunca has olvidado.
- ¿Hola?.
- ¿También a ti te pasa?.
Hay un segundo de silencio que no son años sin voz ni dudas por la llamada y sus ocultos misterios.
- También.
Y entonces, en algo respiras.
No, no resulta ser una vida tan a solas.
Bucardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario