jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Tambien?


¿También?

No hace falta cerrar los ojos para sentirse solo.

A veces, solo hace falta escuchar, para descubrirte en ello.

Escuchar como la gente se deja llevar y la corriente los va alejando de ti y todo lo que eres y sientes.

Quedas con la mirada atravesando el espesor del techo mientras en torno tuyo, todos duermen.

Pero tu no puedes, pues aunque te rodee carne y respiración, aquí solo quedas tu, sin nadie que pregunte por que o como.

Basta mirar al pasado para creerte traicionado.

Por ti, por ella, por el y ellos…por todos.

O que tal vez no lo has hecho y por eso, ahora quedas a solas, aunque sobre la mesa todo sean risas, chanzas y vino de tetra brik barato.

Hasta esa tarde que con el teléfono en la mano, pulsas un número de agenda vieja y perdida, pero que nunca has olvidado.

- ¿Hola?.

- ¿También a ti te pasa?.

Hay un segundo de silencio que no son años sin voz ni dudas por la llamada y sus ocultos misterios.

- También.

Y entonces, en algo respiras.

No, no resulta ser una vida tan a solas.

Bucardo

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