martes, 13 de octubre de 2009

El Mapa


El Mapa

Nadie esbozó el mapa de nuestro reencuentro.

Y para dar con el, tuve primero que imaginarlo, más o menos, con la tinta de como lo hubiera deseado.

Un encuentro sin luces ni maquillajes, indecorosamente sincero, donde viera tus canas asomando entre tus rubios y la tristeza de unos ojos arañados por el tiempo ya pasado.

Caminé hacia ti mientras llovía.

Una lluvia invernal que sabía a gélida, húmeda y tísica, calando hasta el adentro de un alma que no la sentía.

Adormilada si, porque en aquella calle mal iluminada, con una farola rota, otra agonizante y la tercera directamente derribada, tan solo se escuchaban mis pasos sin sombra, marchando atemorizados hacia el reencuentro que los años y el ya veremos, fueron postergando.

¿Verías lo que yo aun veía?.

¿Cambiaste lo que me negué a haber cambiado?.

¿Serías tan cruel como para haberme condenado sin fecha, sin momento….sin recuerdo?.

Un coche sin paciencia hizo de un charco parte de mis zapatos, la basura otorgaba su pestilencia al resto de aquella callejuela de nombre literato…un escritor de que nunca leí una sola línea pero que al nombrarlo, conseguía rememorar el instante del beso, del primer e inacabable abrazo.

Allí estabas, bajo el capote negro y vasto, moviéndote a medio gas entre el frío y los dichosos nervios.

No había nada ni nadie cuando giraste tu cuello, alertada por el fin de la espera entre el ruido de mis zapatos.

Una sonrisa…una alegría.

No….definitivamente, no me habías olvidado.

Bucardo

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