martes, 26 de octubre de 2010

Yo y Yo


Yo y Yo

En Toledo hubo un yo, diluido entre el Hospital de la Santa Cruz y el puente de Alcántara...allí donde ella dijo no cuando quise amarla.

Ese Toledo malherido, fue el que decidí encarar cuando retorné al mirador y traté de no llorar bajo el recuerdo doliente de sus ojos afilados…..descorazonados….y muy negros.

El yo que abandoné, ya no estaba, ya no se olía ni era capaz de recrearlo.

Era el yo de los diecinueve, aplastado por uno mucho más eficaz y práctico…ese desconfiado que miraba mordiéndose el alma, bajo el cielo frío y la indiferencia de las piedras labradas.

En Toledo hubo un yo que ahora, caminaba hacia el Tránsito entre callejas gélidas, ajenas al guiri sacrílego e intruso que la martirizaba.

En la otra acera, una vecina tararea sin compañía, una cantinela que a mi paso se calla.

Al verme, morena y química, mira con menos ojos que sonrisa.

Y yo me sorprendo, devolviéndole la mía.

En Toledo hubo un yo, al que nunca le vienen las prisas.

Bucardo

No hay comentarios: