martes, 19 de octubre de 2010

Malo, malo, muy malo....

Mal0, malo, muy malo....

“Eres malo”.

No lo decían…lo pensaban.

Y pensarlo, lo empeoraba.

Las palabras, mucho más tangibles, sufren de más, pero gozan con la posibilidad de defensa.

La que se hace con la boca, como los argumentos, bien abierta.

“Eres malo”.

Y mientras sus silencios lo chillaban, continuaban atareados, para no rebozarse en el odio, ácido y agresivo, que contra mi acumulaban.

“Tu eres malo”.

Odio que no se paría de un pisotón en el pie, un roto de paraguas, un embarrado de cortinas, un penalti mal atinado, un insulto nervado o el olvido de un inodoro meado y sin cadena.

Su odio, desbordando el que los detalles desustanciados generan, provenía de haber escuchado aquello que más detestan; la verdad que esquivan.

La verdad de negarse a asumir lo que fueron, lo que tienen, su mala combinación de desgracias y mala suerte.

La verdad de su diario, del cotidiano entretenimiento, del error perseverando en el error, de negar para no molestarse, como los avestruces, el agujero, y un león avieso….es más fácil odiarme por pretender corregirlos.

- -Eres malo.

“No lo soy” …pienso mudo pero irritado…"solo soy sincero".

Bucardo

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