viernes, 2 de abril de 2010

Marlango me suena


Marlango me suena

Escucho a Marlango que es poco más que una voz hombruna embutida en cuerpo de pecado mezclada con un calvo que sabe arrancarle “ays” a una trompeta y otro al que, algún día le averiguaré que hace, que toca o que pinta.

Marlango gusta porque Marlango desbloquea.

Basta con olvidar que es guapa, muy guapa y los otros dos, feos, rematadamente feos, para que la percha se deshaga como la carne sin hueso y olvidar, bendito olvido, que hoy, volví a dar los pasos tan lentos y desorientados como los di ayer, antes de ayer o el mes pasado.

La canción termina justo cuando paro.

He quedado con cara de bobalicón frente a la bocacalle del metro.

Es un abismo oscuro, catacumbas de la línea universitaria en cuyas escaleras, un rumano poco sincero, esboza las cuatro palabras de castellano a las que el oficio obliga, mientras extiende la mano.

Cantar…¿será algo parecido a esto?.

Fingir que se es, que se puede, que se tiene, embaucar como los encantadores de cobras de Jema el Fna, engañar como un Copperfield con poco presupuesto…vender para no revelar que estás vendido.

Aun no he terminado de divagar cuando se escucha a un tío, a una sobrina, ambos dando aullidos.

Prefiero darle al “off”.

Me duele la cabeza, me pesa el alma y las piernas.

Necesito unas vacaciones, un poco de aire, un huracán gigante que me lleve con el, a milenios, a planetas, adonde sea.

Bucardo

No hay comentarios: